sábado, 1 de octubre de 2011

Llegué a mi trabajo, otro día común. Julio se sentó junto a mi. Entre llamadas comenzamos a conversar, me comento que tenía una víbora boa, la tenía en una pecera y siempre la llevaba a su cuarto a dormir para vigilarla durante la noche, pero estaba preocupado por ella.

-últimamente por la mañana aparece en la cama acostada a mi lado y lleva tiempo sin probar bocado - dijo
a lo que otra compañera contestó:
-"Que linda! ya te tomo cariño"

Julio dijo que la llevaría al veterinario esa misma tarde.

Volví a ver a Julio una semana después.
-¿Qué ocurrió con tu Boa? - pregunté.
-Ya no la tengo, la vendí.-dijo
-¿Por qué? - dije
-La lleve al veterinario la misma tarde que te comente que estaba preocupado y me dijo que debía deshacerme de ella lo antes posible.
-¿Tan enferma estaba?
-No, estaba muy sana. Lo que el médico me dijo es que la boa al acostarse a mi lado, lo que hacia era medir, y al no comer lo que ocurría es que guardaba espacio.
-¿Para qué? - pregunte confundida.
-Me estaba midiendo, y guardaba espacio para comerme.

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