miércoles, 5 de mayo de 2010

Rojo

Desde hace seis meses, aproximadamente, me dieron unas ganas enormes de pintar mi cuarto de color rojo.
Cuando compartía con alguien mi deseo de convertir las paredes a color sangre parecía que decía una barbaridad, la incoherencia más grande que podían haber escuchado, después de ver sus ojos llenos de incredulidad combinado con asombro todos decían lo siguiente:
-Pero si lo haces te vas a estresar demasido.
Otros tantos decían:
-Te vas a enojar por cualquier cosa.

Hace tres días por fin pude pintar mi cuarto del color tan ansiado.

Y con una sonrisa recordé las caras de todos esos seres a los que les confesé mi deseo.

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