Todavía no puedo sacarte completamente de mi mente.
Todavía existe un poco de ti,
pero es tiempo de seguir.
Llegó el momento de poder recordarte y sonreír :).
Poder divisar seres danzantes y no verte entre ellos.
Todavía quedan los recuerdos de cuando podía pasar de una lagrima a una sonrisa solo con escuchar una palabra tuya.
El tiempo pasaba tan rápido cuando estaba junto a ti,
pero nada perdura
solo los recuerdos que vagan por mi cabeza, cuando divagó, en los que siempre el punto final terminas siendo tú.
Nos alejamos, me canse de que jugaras a ser dios, y juzgarme todo el tiempo.
Que no entendieras que no te puedes bañar dos veces en el mismo río, porque ni tú ni el seguirán siendo el mismo.
Una noche, cuando las estrellas cubrían el oscuro cielo y la luna servía como iluminación. El frío golpeaba más fuerte que nunca. Dos personas caminando por la acera derecha de la calle. Mientras discutían sobre la distancia tan larga hacia el lugar a donde se dirigían.
Verte a mi lado suspirar por la chica que estaba frente a nosotros.
Quererte tanto y no poderlo expresarlo.
Salir corriendo de ese lugar, con un par de lágrimas escurriendo y el frío golpeando en mi cara.
Y al final, las ganas que tenía de verte se extinguieron.
A pesar de todo lo sucedido, querer verte de nuevo, intentarlo otra vez y recibir pretextos como respuesta no fue lo mejor.
Pero al final aprendes que todo sucede por algo,
que hay personas que llegan para quedarse
Y otras cuantas que llegan para irse y solo dejar una huella en tu vida.